Rescate en París


Aquella mañana de agosto estaba siendo más calurosa de lo normal.
Lucía y sus amigos se encontraban visitando las galerías del Louvre.
Al llegar a la galería central, Lucía se aparta de ellos para contemplar más de cerca a la Mona Lisa .
Se quedó tan absorta por la obra que no se dio cuenta del pinchazo de una aguja clavándose en su nuca.
Mientras, Hugo y el resto de amigos se detienen junto a la salida del museo donde estaba la tienda de souvenirs ; al girarse se dan cuenta de que Lucia no estaba.
En ese instante empiezan a buscarla desesperadamente por las galerías. Al no encontrarla temen que le haya pasado algo.

Cuando Lucía se despierta, se da cuenta de que está sentada y atada a una silla. Enfrente suya un hombre alto sujetaba su móvil mientras marcaba un número.
Al poco tiempo de salir del museo, suena el móvil de Hugo. No se lo puede creer, “Hablando de la reina” (es el número de teléfono de Lucía).


Se lo comunica al resto, y éste contesta la videolladada.
Cuando descuelga aparece Lucía y con voz atropellada repite la misma frase una y otra vez:

¡Socorro, ayudadme!.

Mientras Hugo le pide tranquilidad a su amiga, una voz fuerte y hueca de varón, le comunica que su amiga Lucía está bien, un poco nerviosa e intranquila. El interlocutor le dice que si quieren volver a ver a su amiga deben pagar un rescate.

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