El bullicio elegante del Café Gijón me envolvía como un abrazo familiar en este especial Día del Libro. El tintineo de las tazas y el murmullo de las conversaciones componían una melodía conocida: la banda sonora de tantos encuentros en este templo de la cultura madrileña. Allí estaba, saboreando un café con leche y la agradable anticipación de la jornada de firmas en la Feria del Libro. Era mi segunda vez, una experiencia que ya no me provocaba el mismo vértigo que la primera, pero que conservaba intacta su emoción. A mi lado, Sueños de un joven escritor reposaba como un compañero silencioso en esta mañana significativa. Sin embargo, mi mente revoloteaba aún más intensamente en torno a la inminente llegada de mi novela negra, El enigma de la ciudad imperial. ¡Solo dos días! La idea me llenaba de una mezcla vibrante de nerviosismo y entusiasmo. De repente, una figura alta y de mirada aguda se detuvo cerca de mi mesa, acompañada por dos personas que me resultaban muy familiares. Er...
En la tranquila Ciudad Real, cubierta por un manto de nieve, la familia Alonso se preparaba para una Navidad especial. Separados por diversas circunstancias durante meses, los miembros de la familia ansiaban un reencuentro que iluminara sus corazones. Sara, la hija mayor, había trabajado en el extranjero, y su regreso a casa estaba rodeado de expectación. La víspera de Navidad, mientras la familia decoraba el árbol con luces centelleantes y adornos brillantes, la puerta se abrió con un suave tintineo de campanas. Sara, con una maleta llena de recuerdos y sonrisas, apareció en el umbral. El reencuentro fue un cálido abrazo de alegría y lágrimas de felicidad. La casa resonaba con risas y cuentos compartidos mientras la familia se reunía alrededor de la mesa para la cena navideña. Platos tradicionales y secretos culinarios se entrelazaban con risas y amor. Después de la cena, se congregaron junto a la chimenea, intercambiando regalos que representaban el cariño y los momentos compartidos...
Comentarios
Publicar un comentario