Suele pasar que en ciertos momentos, mientras dejo que el mundo se
desvanezca a mi alrededor se me ocurran las más maravillosas ideas, los mejores
diálogos y situaciones. Sucede muchas veces también que no tengo donde
guardar toda esa creatividad.
Bien sabe todo el mundo que
es imposible escribir sin un cuaderno a mano.
Soy de aquellos que se alimentan del
pensamiento, de los sueños cuando cierro los ojos y disfruto de cosas que puedan pasar; lo malo es saber que todo lo
que imagino casi nunca va a ocurrir.
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