El Cristal Azul
Aquel fue el día más extraño en toda la historia en la ciudad
de los Pescadores. La Ciudad de los Pescadores (que se llama Alicante), es una
ciudad en las costa mediterránea; está compuesta por no más de 35 cabañas.
Cabañas muy simples, de madera de palmeras y techo de bambú. Los Pescadores son
gentes sencillas, que se conforman con poco: una buena pesca y una alegre
reunión alrededor de la Fogata, por las noches, es todo lo que necesitan para
ser felices. Los habitantes de Alicante son de alta estatura, delgados, de
rostros alegres, ojos del color del mar, y cabello como el sol al amanecer. Lo
extraño del día sucedió en la noche. Todas las noches, los Pescadores se
reunían en La Fogata, que se prendía afuera, en el centro de la ciudad. Ahí
cenaban, reían, cantaban, bailaban, y otras muchas amenidades de gozo y
alegría, todas ellas precedidas por el Jefe de la ciudad. Esa noche no parecía
diferente, cuando, de repente, llegaron personas a la ciudad. Eran unos 5
hombres armados y unas 5 hermosas mujeres, todos de cabellos rojos y con
túnicas negras. Parecían ir al mando de una bella joven de cabellos rojos y
vestiduras de negro con mucho bordado de oro; llevaba un bastón largo y dorado,
con una piedra como de cristal, azul, que parecía irradiar una luz propia,
también azul.
-Muy buenas noches, Pescadores, ¡que la gracia del Único esté sobre
ustedes!- dijo la hermosa joven pelirroja- mi nombre es Nazca, yo conduzco este
grupo. No somos más que unos cuantos viajeros que desean reposo. Si nos permiten
descansar en su ciudad, estaríamos muy agradecidos, sólo por dos días con sus
noches; a cambio, prestaremos toda la ayuda que podamos. El jefe (que se
llamaba Francisco), no opuso ningún inconveniente.
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