Todos los martes soñaba con escapar de la rutina de siempre….vivir las aventuras que siempre soñé. Recorrer y compartir a tu lado todos y cada uno de los rincones y momentos del mundo.
Aquella mañana todo era silencio…… al despertar y ver los barrotes no se oía nada. Debía huir. Salir de allí. La maniobra del día anterior no había servido de nada, y había que buscar otra……. En silencio me incorporé pero fui sorprendido y sacado de la cuna en volandas -“Ya se ha despertado mi nene”- dijo mi madre. Al día siguiente intentaría de nuevo escapar de la cuna e ir a por galletas.