El virus de la muerte
A través de la niebla de la gran
ciudad acecha una pesadilla:
“El
virus de la muerte” que como una figura espectral tiene como sello el horror y
la muerte.
Cuando la ciudad quedó
casi despoblada, un joven reunió a sus amigos y se retiró con ellos a una
guarida segura. Era amplia, una magnífica construcción que había sido creada
para asegurar cobijo a un gran número de personas. Un sólido y alto muro
la circundaba y sus puertas eran blindadas la hacían aún más segura.
Una vez dentro, la
guarida estaba muy bien provisionada contra el desafiante horror del mundo
exterior, en ella había todo lo necesario para sobrevivir: bebidas, comidas,
vestimenta y entretenimiento para una larguísima temporada.
Durante seis largos meses vivieron como
pudieron. La espera era eterna. Había que buscar una manera de pasar el tiempo
para no caer en la desesperación. Fue entonces cuando el joven pensó en una
manera de entretener esos días interminables: una fiesta de máscaras.
La fiesta comenzó. Era
magnífica y alegre. Había sido una gran idea, algo diferente que les haría
olvidar por unos momentos el encierro. Pero a media noche algo inesperado
ocurrió, una figura enmascarada que no era identificada llamó la atención en
medio de todo el desenfreno.
El enmascarado, tenía por
disfraz las señales del horror, unas marcas en la cara que hacían estremecer a
todos los que le miraban. Mientras la imagen de aquella persona se paseaba
entre los invitados, el joven gritó:
- ¿Quién se atreve a
insultarnos con esta burla? - ¡Quitadle esa máscara para que sepamos quién es!
Pero el desconocido pasó
al lado de aquel joven enfurecido jactándose de él y desapareciendo entre la
gente. El joven corrió tras él.
Se oyó un grito. El grupo
de amigos corrió hacia la sala contigua donde encontraron a su amigo joven
muerto. Todos sabían que trataba de capturar al enmascarado pero el
descubrimiento los llenó de horror.
Fue entonces cuando reconocieron
que entre ellos había convivido el Virus de la Muerte en forma de ente y que había invernado como un fantasma durante
meses para cobrarse la vida de cada uno de ellos.
Uno a uno cayeron los
invitados.
Comentarios
Publicar un comentario