El peregrino

Montiel,1369 A quella mañana, un peculiar viajero llegó a la plaza de la villa manchega. Allí expectantes los vecinos empezaron a congregarse al lado del extraño personaje. -Buenas gentes, les vengo hoy a relatar mis andanzas-comenzó a decir: T oda una vida llevo viajando y viviendo en tranquilidad, por tierras de Castilla. Crucé sierras, caminos, campos de labranza, pasando por villas y otros reinos compartiendo mis vivencias. Con la ayuda de las buenas gentes, nunca me falta un mendrugo de pan que llevarme a la boca y un trago de vino de vez en cuando. Solo un objetivo y una luz me guía en este viaje: La vida.