Treinta monjes oraban al dios de la oscuridad... Ocanem Belcebú, Ocamen, Ocanem... Las oraciones de los creyentes se vieron interrumpidas por un ruido estrepitoso ... Boom... Un paladín del Paladine había derrumbado la puerta, y con la espada estaba limpiando el local. 30 bolas de fuego, 20 haces de oscuridad fueron dirigidas hasta el paladín, que reforzado con su brillante armadura, no tuvo ningún problema en repelerlas todas. Su espada se movía con gran rapidez sobre todos los enemigos... -Por Belcebú, ese tiene que morir hoy aquí... La espada del Paladín, no opinaba lo mismo. Grandes movimientos repelieron una y otra vez todos sus ataques, hasta que otro caballero, ataviado con una armadura diabólica, apareció frente al altar ,llevaba una espada negra oscura tan grande como el tronco de un árbol. El paladín paro el golpe con la suya, y entonces vio, el peso que podía llegar a tener su fe, mientras su espada se rompía. Caído en el suelo, el paladín esperaba su triste final, mie...