El Libro
Nadie le hizo caso cuando dijo que ese libro era mágico. Pero para sorpresa de algunos, cuando abrió las páginas y empezó a leerlo, fue absorbido por ellas; dejando que estas se movieran, como si una mano invisible las pasara, para otros simplemente era un niño delante de un volumen que no servía de nada. Al menos los que “vieron” la magia no se convertirían en piedras o sombras después de un tiempo.